3 Y dijo Jacob a José:— El Dios todopoderoso se me apareció en la ciudad de Luz, en la tierra de Canaán, y me bendijo
4 con estas palabras: Yo te haré fecundo, te multiplicaré y haré que llegues a ser un grupo de tribus; y esta tierra se la daré en posesión perpetua a tu descendencia.
5 Ahora bien, los dos hijos que te nacieron aquí en Egipto, antes de que me reuniera contigo, los considero como míos: Efraín y Manasés serán para mí igual que Rubén y Simeón.
6 En cambio, los hijos que tengas después de ellos te pertenecerán a ti, y sólo tendrán parte en la herencia que corresponde a sus hermanos.
7 Cuando yo regresaba de Parán Aram, se me murió Raquel, poco antes de llegar a Efrata, en Canaán, y allí la sepulté junto al camino de Efrata (es decir, Belén).
8 Al ver a los hijos de José, Israel preguntó:— ¿Quiénes son?
9 José respondió a su padre:— Son mis hijos, los que Dios me ha concedido aquí.Y Jacob dijo:— Acércamelos para que les dé mi bendición.