8 El Señor añadió:— ¿Te has fijado en mi siervo Job? En la tierra no hay otro como él: es un hombre justo, honrado y respetuoso de Dios, y vive apartado del mal.
9 Satán contestó al Señor:— ¿Y crees que Job respeta a Dios sin motivo?
10 Tú mismo lo has rodeado de seguridad; lo has protegido, junto con su hogar y sus pertenencias: has bendecido sus trabajos, y sus rebaños llenan el país.
11 Pero te apuesto que si extiendes tu mano y dañas sus posesiones, te maldecirá a la cara.
12 El Señor respondió a Satán:— Haz lo que quieras con sus cosas, pero no se te ocurra tocar su persona. Satán abandonó la presencia del Señor.
13 Un día que sus hijos e hijas banqueteaban en casa del hermano mayor,
14 llegó un mensajero a casa de Job con la siguiente noticia:— Mientras los bueyes estaban arando y las burras pastando a su lado,