4 Subieron, pues, unos tres mil guerreros, pero tuvieron que huir ante los hombres de Ay
5 que mataron a unos treinta y seis israelitas y persiguieron a los demás desde la puerta de la ciudad hasta Sebarín, batiéndolos en la bajada. Entonces el pueblo se desalentó y se sintió desfallecer.
6 Josué se rasgó los vestidos, se postró en adoración delante del Arca del Señor hasta la tarde, y con él los ancianos de Israel; todos esparcieron polvo sobre sus cabezas.
7 Dijo Josué:— ¡Ah, Señor mi Dios! ¿Por qué has hecho cruzar el Jordán a este pueblo? ¿Lo has hecho para entregarnos en manos de los amorreos y acabar con nosotros? ¡Ojalá hubiésemos seguido viviendo al otro lado del Jordán!
8 Ahora que Israel ha huido ante sus enemigos, ¿qué puedo decir yo?
9 Cuando se enteren los cananeos y todos los habitantes de este país, se aliarán contra nosotros y borrarán nuestro nombre de la tierra. ¿Qué harás tú entonces para salvaguardar el honor de tu nombre?
10 El Señor respondió a Josué:— ¡Levántate! ¡Vamos! ¿Por qué permaneces así postrado en tierra?