2 Pero Galaad tuvo también hijos de su esposa legítima. Cuando estos hijos crecieron, echaron de casa a Jefté diciéndole:— Tú no heredarás a nuestro padre, porque eres hijo de una mujer extraña.
3 Jefté huyó lejos de sus hermanos y se quedó en el país de Tob. Se le unió una banda de gente miserable y juntos hacían incursiones.
4 Andando el tiempo, los amonitas declararon la guerra a Israel.
5 Cuando los amonitas atacaron a Israel, los ancianos de Galaad fueron al país de Tob a buscar a Jefté.
6 Le dijeron:— Ven, sé nuestro caudillo en la guerra contra los amonitas.
7 Pero Jefté respondió a los ancianos de Galaad:— ¿No sois vosotros los que me odiabais y me echasteis de la casa de mi padre? ¿Por qué ahora, que estáis en un aprieto, acudís a mí?
8 Los ancianos de Galaad replicaron a Jefté:— Por eso mismo ahora acudimos a ti: ven con nosotros, ataca a los amonitas y sé nuestro jefe y el de todos los que habitamos en Galaad.