13 Cuando se acercó Gedeón, un hombre estaba contando un sueño a su vecino. Le decía:— He tenido un sueño: una hogaza de pan de cebada* rodaba por el campamento de Madián. Llegó hasta la tienda, chocó contra ella y la volcó de arriba abajo.
14 El vecino le respondió:— Eso no puede ser otra cosa que la espada de Gedeón, hijo de Joás, el israelita. Dios ha puesto en sus manos a Madián y a todo el campamento.
15 Cuando Gedeón escuchó el sueño y su interpretación, adoró al Señor. Regresó luego al campamento de Israel y dijo:— ¡Ánimo! pues el Señor ha puesto en vuestras manos el campamento de Madián.
16 Gedeón dividió a los trescientos hombres en tres cuerpos. Les dio a cada uno una trompeta de guerra y un cántaro vacío, con una antorcha dentro de cada cántaro.
17 Y les dijo:— Fijaos en mí y haced lo que yo haga. Cuando llegue yo al borde del campamento, haced lo que yo haga.
18 Yo y todos los que estén conmigo tocaremos las trompetas; entonces vosotros también tocad las trompetas alrededor del campamento y gritad: “¡Por el Señor y por Gedeón!”.
19 Gedeón y los cien hombres que le acompañaban llegaron al borde del campamento cuando comenzaba la guardia de la medianoche y se acababa de hacer el relevo de los centinelas. Tocaron, entonces, las trompetas de guerra y rompieron los cántaros que llevaban en la mano;