10 El sacerdote lo examinará, y si aparece un tumor blancuzco en la piel, si ha cambiado el color del pelo y se descubre la carne viva,
11 esa persona padece de lepra crónica en la piel; el sacerdote la declarará impura y no será necesario recluirla, porque es impura.
12 Pero si la lepra se extiende por la piel y llega a cubrir toda la piel del enfermo desde la cabeza hasta los pies, en cuanto le es dado observar al sacerdote,
13 entonces este lo examinará y, si la lepra cubre todo su cuerpo, declarará puro al enfermo; toda la piel se ha vuelto blanca y él es puro.
14 Mas si un día aparece en él la carne viva, quedará impuro:
15 el sacerdote examinará la carne viva y lo declarará impuro. La carne viva es impura; es lepra.
16 Pero si la carne viva cambia de nuevo y se vuelve blanca, entonces el enfermo vendrá al sacerdote,