37 Y si al examinarla, se ven en las paredes de la casa manchas verdosas o rojizas que aparentan estar más hundidas que la superficie de la pared,
38 el sacerdote saldrá a la entrada de la casa y la clausurará durante siete días.
39 Al séptimo día el sacerdote retornará a la casa y, si comprueba que la mancha se ha extendido por las paredes,
40 ordenará que se arranquen las piedras manchadas y que se arrojen en lugar impuro fuera de la ciudad.
41 Ordenará también raspar toda la casa por dentro y el polvo de las raspaduras será arrojado a un lugar impuro fuera de la ciudad.
42 Pondrán otras piedras en lugar de las que se quitaron y revocarán nuevamente con barro el interior de la casa.
43 Y si, después que se arrancaron las piedras, se raspó la casa y se volvió a revocar, salen nuevas manchas,