21 El día en que yo intervenga, pisotearéis a los malvados como si fueran ceniza bajo la planta de vuestros pies —dice el Señor del universo—.
22 Recordad la ley de Moisés, mi siervo, porque a él le encomendé en Horeb leyes y preceptos para todo Israel.
23 Estad atentos porque yo os enviaré al profeta Elías antes de que llegue el día del Señor, día grande y terrible,
24 para que haga cambiar el corazón de los padres en favor de los hijos, y el corazón de los hijos en favor de sus padres, de forma que, cuando yo llegue, no tenga que someter el país al exterminio.