8 Y si la persona perjudicada no tuviere pariente a quien resarcir por el daño, será el Señor quien, en la persona del sacerdote, reciba la indemnización, además del carnero expiatorio en reparación de la culpa cometida.
9 La ofrenda de cualquier cosa sagrada que los israelitas presenten al sacerdote, será para el sacerdote.
10 Las ofrendas sagradas que haga cada uno, le pertenecen a él; lo que dé al sacerdote, será para el sacerdote.
11 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
12 — Di esto a los israelitas: Puede suceder que una mujer se descarríe y sea infiel a su marido
13 acostándose con otro hombre sin que su marido lo sepa, ya que ella lo ha ocultado y no hay testigo contra ella, ni ha sido sorprendida en el acto;
14 si el marido sufre un ataque de celos, tanto si su esposa es inocente como si no lo es,