16 Porque ¿estás tú segura, mujer, de que conseguirías salvar a tu marido? Y tú, marido, ¿estás seguro de que salvarías a tu mujer?
17 Fuera de este caso, que cada uno viva según el don que haya recibido del Señor y en el estado en que se encontraba cuando Dios lo llamó a la fe. Es la norma que doy en todas las iglesias.
18 ¿Que uno ha recibido el llamamiento de Dios estando circuncidado? No tiene por qué ocultarlo. ¿Que lo ha recibido sin estar circuncidado? No tiene por qué circuncidarse.
19 ¡Qué más da estar o no estar circuncidado! Lo que importa es cumplir los mandamientos de Dios.
20 Permanezca, pues, cada uno en el estado de vida en que estaba cuando Dios lo llamó.
21 ¿Eras esclavo cuando recibiste el llamamiento? No te importe; pero si tienes ocasión de recobrar la libertad, aprovéchala.
22 Porque quien es llamado por el Señor siendo esclavo, se convierte en liberto del Señor; y quien es llamado siendo libre, se convierte en esclavo de Cristo.