23 Todo sea por amor al mensaje evangélico, de cuyos bienes espero participar.
24 Bien sabéis que de todos los que participan en una competición atlética, sólo uno recibe el premio. ¡Corred como para ganar!
25 Y ya veis de cuántas cosas se privan los que se entrenan con vistas a una prueba deportiva. Ellos lo hacen para conseguir una corona que se marchita; nosotros, en cambio, aspiramos a un trofeo imperecedero.
26 En cuanto a mí, no corro a ciegas, ni lucho como quien da golpes al aire.
27 Si golpeo mi cuerpo con rigor y lo someto a disciplina, es porque yo, que he proclamado a otros el mensaje, no quiero quedar descalificado.