6 que se entregó a sí mismo como rescate por todos, como testimonio dado en el tiempo prefijado.
7 De todo ello he sido constituido pregonero y apóstol —estoy diciendo la pura verdad— con el fin de instruir a los paganos en la fe y en la verdad.
8 Es, pues, mi deseo que en cualquier circunstancia los varones eleven una oración pura, libre de odios y altercados.
9 De manera semejante, que las mujeres se contenten con un vestido decoroso, que se adornen con recato y modestia, no con peinados artificiosos, ni con oro, joyas o vestidos costosos.
10 Lo que ha de distinguir a las mujeres que se precian de piadosas, son las buenas obras.
11 La mujer debe aprender en silencio y con todo respeto.
12 No apruebo que la mujer se dedique a enseñar ni que imponga su autoridad sobre el marido; debe, más bien, mantenerse en silencio.