19 Maridos, amad a vuestras mujeres y nunca las tratéis con aspereza.
20 Vosotros, hijos, obedeced a vuestros padres sin reservas, pues eso es lo que agrada al Señor.
21 Por vuestra parte, padres, educad con tacto a vuestros hijos, para que no se desalienten.
22 Esclavos*, acatad en todo momento las órdenes de los amos temporales. No como alguien que se siente vigilado o en plan adulador, sino con la nobleza de los que honran al Señor.
23 Poned el corazón en lo que hagáis, como si lo hicierais para el Señor y no para gente mortal.
24 Sabed que el Señor os dará la herencia eterna como premio y que sois esclavos de Cristo, el Señor.
25 En cuanto al que se comporte mal, Dios le dará su merecido sin favoritismo alguno.