10 El mismo que bajó es el que ha subido a lo más alto de los cielos a fin de llenar con su presencia el universo.
11 Él es quien a unos ha hecho apóstoles; a otros, profetas*; a otros, anunciadores del mensaje evangélico; a otros, encargados de dirigir y enseñar a los fieles.
12 Capacita así a los creyentes para que desempeñen su ministerio y construyan el cuerpo de Cristo
13 hasta que todos alcancemos la unidad propia de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios; hasta que seamos personas cabales; hasta que alcancemos, en madurez y plenitud, la talla de Cristo.
14 Dejemos, pues, de ser niños zarandeados por las olas y arrastrados a la deriva por cualquier doctrina seductora, a merced de esa gente maestra en las artimañas del error.
15 Vivamos, en cambio, con autenticidad en el amor y esforcémonos por crecer en todo, puesta la mira en aquel que es la cabeza: Cristo.
16 Él es quien hace que el cuerpo entero, bien ensamblado y unido mediante el conjunto de ligamentos que lo alimentan según la actividad propia de cada miembro, vaya creciendo como tal cuerpo de modo que se construya a sí mismo en el amor.