22 Pero si vivir en este mundo me ofrece la ocasión de una tarea fructífera, no sabría qué elegir.
23 Ambas cosas me presionan: por un lado, quiero morir y estar con Cristo, que es, con mucho, lo mejor;
24 por otro lado, vosotros necesitáis que siga en este mundo.
25 Convencido de esto último, presiento que seguiré viviendo con todos vosotros para provecho y alegría de vuestra fe.
26 Así, cuando vuelva a veros, tendréis nuevos motivos, gracias a mí, para estar orgullosos de ser cristianos.
27 Sólo os pido que vuestra conducta sea digna del mensaje evangélico de Cristo para que, tanto si voy a visitaros y yo mismo lo veo, como si estoy ausente y llega a mis oídos lo que se dice de vosotros, compruebe que permanecéis unidos, luchando todos a una por manteneros fieles al mensaje evangélico.
28 No os dejéis, pues, intimidar por los enemigos; Dios ha dispuesto que lo que para ellos es señal de perdición, sea para vosotros señal de salvación.