2 Porque la buena noticia nos ha sido anunciada* tanto a nosotros como a ellos; sólo que a ellos de nada les sirvió haberla oído al no estar unidos mediante la fe a quienes la escucharon.
3 Nosotros, en cambio, los que hemos creído, podemos entrar en ese descanso del que Dios ha dicho: No entrarán en mi descanso tal como lo juré lleno de enojo.Bien entendido que sus obras concluyeron cuando dio fin a la creación del mundo,
4 pues así ha quedado dicho del día séptimo en cierto lugar de la Escritura: Y el día séptimo descansó Dios de todos sus trabajos.
5 Pero volvamos a nuestro pasaje: No entrarán en mi descanso.
6 Eso quiere decir que algunos sí han de entrar en él. Y como los primeros en recibir la buena noticia no consiguieron entrar debido a su actitud rebelde,
7 Dios vuelve a señalar un día: el “hoy” del que habla David mucho tiempo después en el pasaje citado más arriba: Cuando hoy escuchéis la voz del Señor, no cerréis a cal y canto el corazón.
8 Está claro que Josué no introdujo a los israelitas en el descanso definitivo, pues, de haberlo hecho, no se aludiría a “otro día” de descanso después de todo aquello.