35 Y en otro lugar lo confirma: No permitirás que tu fiel servidor sufra la corrupción.
36 Por lo que respecta a David, después de haber estado al servicio del plan de Dios durante su vida, falleció, se reunió con sus antepasados y experimentó la corrupción.
37 Pero aquel a quien Dios resucitó, no experimentó la corrupción.
38 Y debéis saber, hermanos, que gracias a él se os anuncia hoy el perdón de los pecados. Por la ley de Moisés no teníais posibilidad alguna de recuperar la amistad divina;
39 pero ahora, todo el que cree en él puede recuperar esa amistad.
40 Por tal razón, cuidad de que no se cumpla en vosotros aquella predicción profética:
41 ¡Contemplad esto, engreídos, y que el estupor os haga desaparecer! Voy a realizar una obra tal en vuestro tiempo, que no la creeréis cuando os la cuenten.