13 Como Pablo había decidido hacer el viaje por tierra, nosotros zarpamos con tiempo suficiente rumbo a Asón con el fin de recogerlo allí.
14 Cuando se nos unió en Asón, subió a bordo con nosotros y navegamos hasta Mitilene.
15 Zarpando de allí, al día siguiente pasamos a la altura de Quío* y llegamos a Samos un día después*. Navegamos un día más y arribamos a Mileto.
16 Pablo no quiso hacer escala en Éfeso para evitar demorarse en la provincia de Asia, pues le urgía estar en Jerusalén, a ser posible, el día de Pentecostés.
17 No obstante, desde Mileto Pablo mandó llamar a los dirigentes de la iglesia de Éfeso.
18 Cuando estuvieron a su lado, les dijo:— Conocéis perfectamente la conducta que he observado entre vosotros desde el primer día de mi llegada a la provincia de Asia.
19 He servido al Señor con toda humildad, en medio de las angustias y pruebas que me sobrevinieron a causa de las maquinaciones de los judíos.