9 Yo soy la puerta verdadera. Todo el que entre en el aprisco por esta puerta, estará a salvo; entrará y saldrá libremente y siempre encontrará su pasto.
10 El ladrón sólo viene para robar, matar y destruir. Yo he venido para que todos tengan vida, y la tengan abundante.
11 Yo soy el buen pastor. El buen pastor se desvive por las ovejas.
12 En cambio, el asalariado, que no es verdadero pastor ni propietario de las ovejas, cuando ve venir al lobo, las abandona y huye, dejando que el lobo haga estragos en unas y ahuyente a las otras.
13 Y es que, al ser asalariado, las ovejas lo traen sin cuidado.
14 Yo soy el buen pastor y conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí,
15 del mismo modo que el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Y doy mi vida por las ovejas.