20 La inscripción fue leída por muchos judíos, porque el lugar donde Jesús había sido crucificado estaba cerca de la ciudad. Además, el texto estaba escrito en hebreo, latín y griego.
21 Así que los jefes de los sacerdotes se presentaron a Pilato y le dijeron:— No pongas: “El rey de los judíos” sino: “Este hombre dijo: Yo soy el rey de los judíos”.
22 Pero Pilato les contestó:— Que quede escrito lo que yo mandé escribir.
23 Los soldados, una vez que terminaron de crucificar a Jesús, tomaron sus ropas* e hicieron con ellas cuatro lotes, uno para cada soldado. Se quedaron también con la túnica, pero como era una túnica sin costuras, tejida de una sola pieza de arriba a abajo,
24 llegaron a este acuerdo:— No debemos partirla; lo que procede es sortearla para ver a quién le toca.Así se cumplió el pasaje de la Escritura que dice: Dividieron entre ellos mis ropas y echaron a suertes mi túnica.Esto fue lo que hicieron los soldados.
25 Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, María la mujer de Cleofás, que era hermana de su madre, y María Magdalena.
26 Jesús, al ver a su madre y, junto a ella, al discípulo a quien tanto quería, dijo a su madre:— Mujer, ahí tienes a tu hijo.