16 Entonces Jesús la llamó por su nombre:— ¡María!Ella se volvió y exclamó en arameo:— ¡Rabboní! (que quiere decir “Maestro”).
17 Jesús le dijo:— No me retengas, porque todavía no he ido a mi Padre. Anda, ve y diles a mis hermanos que voy a mi Padre, que es también vuestro Padre; a mi Dios, que es también vuestro Dios.
18 María Magdalena fue a donde estaban los discípulos y les anunció:— He visto al Señor y esto es lo que me ha encargado.
19 Aquel mismo primer día de la semana*, al anochecer, estaban reunidos los discípulos en una casa, con las puertas bien cerradas por miedo a los judíos. Se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo:— La paz esté con vosotros.
20 Dicho lo cual les enseñó las manos y el costado. Los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor.
21 Jesús volvió a decirles:— La paz esté con vosotros. Como el Padre me envió a mí, así os envío yo a vosotros.
22 Sopló entonces sobre ellos y les dijo:— Recibid el Espíritu Santo.