17 Por tercera vez le preguntó Jesús:— Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?Pedro se entristeció al oír que le preguntaba por tercera vez si lo quería, y contestó:— Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero.Entonces Jesús le dijo:— Apacienta mis ovejas.
18 Y añadió:— Te aseguro que cuando eras más joven, tú mismo te ajustabas la túnica con el cinturón e ibas a donde querías; pero, cuando seas viejo, tendrás que extender los brazos y será otro quien te atará y te conducirá a donde no quieras ir.
19 Jesús se expresó en estos términos para indicar la clase de muerte con la que Pedro daría gloria a Dios. Acto seguido dijo:— Sígueme.
20 Pedro se volvió y vio que detrás de ellos venía el discípulo a quien Jesús tanto quería, el mismo que en la cena se había recostado sobre el pecho de Jesús y le había preguntado: “Señor, ¿quién es el que va a traicionarte?”.
21 Al verlo, Pedro preguntó a Jesús:— Señor, y este, ¿qué suerte correrá?
22 Jesús le contestó:— Si yo quiero que él quede hasta que yo vuelva, ¿a ti qué? Tú sígueme.
23 Estas palabras dieron pie para que entre los hermanos circulase el rumor de que este discípulo no iba a morir. Sin embargo, Jesús no dijo a Pedro que este discípulo no moriría; simplemente dijo: “Si yo quiero que él quede hasta que yo vuelva, ¿a ti qué?”.