34 Entonces le pidieron:— Señor, danos siempre de ese pan.
35 Jesús les contestó:— Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí, jamás tendrá hambre; el que cree en mí, jamás tendrá sed.
36 Pero vosotros, como ya os he dicho, no creéis a pesar de haber visto.
37 Todo aquel que el Padre me confía vendrá a mí, y yo no rechazaré al que venga a mí.
38 Porque yo he bajado del cielo, no para hacer lo que yo deseo, sino lo que desea el que me ha enviado.
39 Y lo que desea el que me ha enviado es que yo no pierda a ninguno de los que él me ha confiado, sino que los resucite en el último día.
40 Mi Padre quiere que todos los que vean al Hijo y crean en él, tengan vida eterna; yo, por mi parte, los resucitaré en el último día.