8 Pues bien, os digo que, aunque no se levante a darle los panes por razón de su amistad, al menos para evitar que lo siga molestando, se levantará y le dará todo lo que necesite.
9 Por eso os digo: Pedid y Dios os atenderá, buscad y encontraréis; llamad y Dios os abrirá la puerta.
10 Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, encuentra, y al que llama, Dios le abrirá la puerta.
11 ¿Qué padre entre vosotros, si su hijo le pide pescado, le dará una serpiente?
12 ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?
13 Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuanto más el Padre que está en el cielo dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan?
14 Un día, estaba Jesús expulsando un demonio que se había apoderado de un hombre dejándolo mudo. En cuanto el demonio salió de él, el mudo recobró el habla y los que lo presenciaron se quedaron asombrados.