33 Y los que estaban a bordo se postraron ante Jesús, exclamando:— ¡Verdaderamente, tú eres el Hijo de Dios!
34 Cruzaron el lago y tocaron tierra en Genesaret.
35 En cuanto los habitantes del lugar reconocieron a Jesús, divulgaron la noticia por toda la región; así que le trajeron toda clase de enfermos,
36 y le suplicaban que les permitiera tocar aunque sólo fuera el borde de su manto. Y cuantos lo tocaban recuperaban la salud.