15 Cuando veáis que en el lugar santo se instala el ídolo abominable de la destrucción anunciado por el profeta Daniel (medite en esto el que lo lea),
16 entonces los que estén en Judea huyan a las montañas;
17 el que esté en la azotea no baje a la casa a recoger ninguna de sus cosas,
18 y el que esté en el campo no regrese ni siquiera a recoger su manto.
19 ¡Ay de las mujeres embarazadas y de las que en esos días estén criando!
20 Orad para que cuando tengáis que huir no sea ni invierno ni sábado,
21 porque habrá entonces tanto sufrimiento como no lo ha habido desde que el mundo existe ni volverá a haberlo jamás.