10 Más tarde, estando Jesús sentado a la mesa en casa de Mateo*, acudieron muchos recaudadores de impuestos* y gente de mala reputación, que se sentaron también a la mesa con Jesús y sus discípulos.
11 Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos:— ¿Cómo es que vuestro Maestro se sienta a comer con esa clase de gente?
12 Jesús lo oyó y les dijo:— No necesitan médico los que están sanos, sino los que están enfermos.
13 A ver si aprendéis lo que significa aquello de: Yo no quiero que me ofrezcáis sacrificios, sino que seáis compasivos. Yo no he venido a llamar a los buenos, sino a los pecadores.
14 Entonces se acercaron a Jesús los discípulos de Juan el Bautista y le preguntaron:— ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos tantas veces y, en cambio, tus discípulos no ayunan?
15 Jesús les contestó:— ¿Pueden acaso estar tristes los invitados a una boda mientras el novio está con ellos? Ya llegará el momento en que les faltará el novio; entonces ayunarán.
16 Nadie remienda un vestido viejo con una pieza de tela nueva, porque el remiendo tira de la tela, y el roto se hace mayor.