26 Su conducta fue muy abominable, pues fue tras los ídolos conforme a todo lo que habían hecho los Amorreos, a los que el SEÑOR había echado de delante de los Israelitas.
27 Cuando Acab oyó estas palabras, rasgó sus vestidos, puso cilicio sobre sí y ayunó, se acostó con el cilicio y andaba abatido.
28 Entonces la palabra del SEÑOR vino a Elías el Tisbita, diciendo:
29 "¿Ves como Acab se ha humillado delante de Mí? Porque se ha humillado delante de Mí, no traeré el mal en sus días; pero en los días de su hijo traeré el mal sobre su casa."