10 "Hoy han visto sus ojos que el SEÑOR lo ha puesto en mis manos en la cueva en este día; y algunos me dijeron que lo matara, pero mis ojos tuvieron piedad de usted, y dije: 'No extenderé mi mano contra mi rey, porque es el ungido del SEÑOR.'
11 "Mire, padre mío, mire la orilla de su manto en mi mano. Puesto que corté la orilla de su manto y no lo maté, reconozca y vea que no hay maldad ni rebelión en mis manos y que no he pecado contra usted, a pesar de que usted acecha mi vida para quitármela.
12 "Juzgue el SEÑOR entre usted y yo y que el SEÑOR me vengue de usted, pero mi mano no será contra usted.
13 "Como dice el proverbio de los antiguos: 'De los malos procede la maldad,' pero mi mano no será contra usted.
14 "¿Tras quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién persigue? ¿A un perro muerto? ¿A una pulga?
15 "Sea el SEÑOR juez y decida entre usted y yo; que El vea y defienda mi causa y me libre de su mano."
16 Cuando David acabó de decir a Saúl estas palabras, Saúl dijo: "¿Es ésta tu voz, David, hijo mío?" Entonces Saúl alzó su voz y lloró.