25 Pero el rey respondió a Absalón: "No, hijo mío, no debemos ir todos, para no ser carga para ti." Y aunque le insistió, no quiso ir, pero lo bendijo.
26 Entonces Absalón dijo: "Pues si no, le ruego que deje ir a mi hermano Amnón con nosotros." "¿Por qué ha de ir contigo?" le preguntó el rey.
27 Pero cuando Absalón le insistió, dejó ir con él a Amnón y a todos los hijos del rey.
28 Absalón ordenó a sus siervos y dijo: "Miren, cuando el corazón de Amnón esté alegre por el vino, y cuando yo les diga: 'Hieran a Amnón,' entonces mátenlo. No teman; ¿no se lo he mandado yo? Tengan ánimo y sean valientes."
29 Y los siervos de Absalón hicieron a Amnón tal como Absalón les había mandado. Entonces todos los hijos del rey se levantaron, y montándose cada uno en su mulo, huyeron.
30 Estando aún ellos en el camino, llegó a David el rumor que decía: "Absalón ha dado muerte a todos los hijos del rey, y no ha quedado ni uno de ellos."
31 Entonces el rey se levantó, rasgó sus vestidos y se echó en tierra; y todos sus siervos estaban a su lado con los vestidos rasgados.