34 El hace mis pies como de ciervas, Y me afirma en mis alturas.
35 El adiestra mis manos para la batalla, Y mis brazos para tensar el arco de bronce.
36 Tú me has dado también el escudo de Tu salvación, Y Tu ayuda me engrandece.
37 Ensanchas mis pasos debajo de mí, Y mis pies no han resbalado.
38 Perseguí a mis enemigos y los destruí, Y no me volví hasta acabarlos.
39 Los he consumido y los he destrozado, y no pudieron levantarse; Cayeron debajo de mis pies.
40 Pues Tú me has ceñido con fuerzas para la batalla; Has subyugado debajo de mí a los que contra mí se levantaron.