2 un pueblo grande y alto, los hijos de los Anaceos, a quienes conoces y de quienes has oído decir: '¿Quién puede resistir ante los hijos de Anac?'
3 "Comprende, pues, hoy, que es el SEÑOR tu Dios el que pasa delante de ti como fuego consumidor. El los destruirá y los humillará delante de ti, para que los expulses y los destruyas rápidamente, tal como el SEÑOR te ha dicho.
4 "No digas en tu corazón cuando el SEÑOR tu Dios los haya echado de delante de ti: 'Por mi justicia el SEÑOR me ha hecho entrar para poseer esta tierra,' sino que es a causa de la maldad de estas naciones que el SEÑOR las expulsa de delante de ti.
5 "No es por tu justicia ni por la rectitud de tu corazón que vas a poseer su tierra, sino que por la maldad de estas naciones el SEÑOR tu Dios las expulsa de delante de ti, para confirmar el pacto que el SEÑOR juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob.
6 "Comprende, pues, que no es por tu justicia que el SEÑOR tu Dios te da esta buena tierra para poseerla, pues eres un pueblo terco.
7 "Acuérdate; no olvides cómo provocaste a ira al SEÑOR tu Dios en el desierto; desde el día en que saliste de la tierra de Egipto hasta que ustedes llegaron a este lugar, han sido rebeldes contra el SEÑOR.
8 "Hasta en Horeb provocaron a ira al SEÑOR, y el SEÑOR se enojó tanto contra ustedes que estuvo a punto de destruirlos.