1 Entonces yo me volví y observé todas las opresiones que se cometen bajo el sol: Y vi las lágrimas de los oprimidos, Y no tenían quien los consolara; En mano de sus opresores estaba el poder, Y no tenían quien los consolara.
2 Así que felicité a los muertos, los que ya murieron, Más que a los vivos, los que aún viven.
3 Pero mejor que ambos está el que nunca ha existido, Que nunca ha visto las malas obras que se cometen bajo el sol.
4 He visto que todo trabajo y toda obra hábil que se hace, es el resultado de la rivalidad entre el hombre y su prójimo. También esto es vanidad y correr tras el viento.
5 El necio se cruza de manos Y devora su propia carne.
6 Más vale una mano llena de descanso Que dos puños llenos de trabajo y correr tras el viento.