4 Midió otros mil, y me hizo pasar por las aguas, con el agua hasta las rodillas. De nuevo midió otros mil y me hizo pasar por las aguas, con el agua hasta la cintura.
5 Y midió otros mil; y ya era un río que yo no pude vadear, porque las aguas habían crecido, aguas que tenían que pasarse a nado, un río que no se podía vadear.
6 Entonces me preguntó: "¿Has visto, hijo de hombre?" Me llevó y me hizo volver a la orilla del río.
7 Cuando volví, vi que en la orilla del río había muchísimos árboles a uno y otro lado.
8 Y me dijo: "Estas aguas salen hacia la región oriental y descienden al Arabá; luego siguen hacia el mar y desembocan en el mar; entonces las aguas del mar quedan purificadas.
9 "Y sucederá que dondequiera que pase el río, todo ser viviente que en él se mueve, vivirá. Y habrá muchísimos peces, porque estas aguas van allá, y las otras son purificadas; así vivirá todo por donde pase el río.
10 "Junto a él se pararán los pescadores, y desde En Gadi hasta En Eglaim habrá un lugar para tender las redes. Sus peces serán según sus especies, como los peces del Mar Grande (Mar Mediterráneo), numerosísimos.