30 Cuando Labán vio el anillo y los brazaletes en las manos de su hermana, y oyó las palabras de su hermana Rebeca, que le contó: "Esto es lo que el hombre me dijo," Labán fue al hombre, que estaba con los camellos junto a la fuente,
31 y le dijo: "Entra, bendito del SEÑOR, ¿Por qué estás afuera? Yo he preparado la casa y un lugar para los camellos."
32 Entonces el hombre entró en la casa, y Labán descargó los camellos y les dio paja y forraje, y trajo agua para que se lavaran los pies, él y los hombres que estaban con él.
33 Pero cuando la comida fue puesta delante de él para que comiera, dijo: "No comeré hasta que haya dicho el propósito de mi viaje." "Habla," le dijo Labán.
34 "Soy siervo de Abraham," comenzó a decir.
35 "Y el SEÑOR ha bendecido en gran manera a mi señor, que se ha enriquecido. Le ha dado ovejas y vacas, plata y oro, siervos y siervas, camellos y asnos.
36 "Sara, la mujer de mi señor, le dio un hijo a mi señor en su vejez; y mi señor le ha dado a él todo lo que posee.