24 Pero Dios vino a Labán Arameo en sueños durante la noche, y le dijo: "De ningún modo hables a Jacob ni bien ni mal."
25 Alcanzó, pues, Labán a Jacob, quien había plantado su tienda en la región montañosa, y Labán y sus parientes acamparon en los montes de Galaad.
26 Entonces Labán dijo a Jacob: "¿Qué has hecho, engañándome y llevándote a mis hijas como si fueran cautivas de guerra?
27 "¿Por qué huiste en secreto y me engañaste, y no me avisaste para que yo pudiera despedirte con alegría y cantos, con panderos y liras?
28 "¿Por qué no me has permitido besar a mis hijos y a mis hijas? En esto has obrado neciamente.
29 "Tengo poder para hacerte daño, pero anoche el Dios de tu padre me dijo: 'De ningún modo hables a Jacob ni bien ni mal.'
30 "Ahora, ciertamente te has marchado porque anhelabas mucho la casa de tu padre. Pero ¿por qué robaste mis dioses?"