33 El la examinó, y dijo: "Es la túnica de mi hijo. Una fiera lo ha devorado. Sin duda José ha sido despedazado."
34 Jacob rasgó sus vestidos, puso cilicio sobre sus lomos y estuvo de duelo por su hijo muchos días.
35 Todos sus hijos y todas sus hijas vinieron para consolarlo, pero él rehusó ser consolado, y dijo: "Ciertamente enlutado bajaré al Seol (región de los muertos) por causa de mi hijo." Y su padre lloró por él.
36 Mientras tanto, los Madianitas lo vendieron en Egipto a Potifar, oficial de Faraón, capitán de la guardia.