18 Te enrollará bien como una pelota, Y te lanzará a una tierra muy espaciosa. Allí morirás y allí quedarán tus magníficos carros, Oh tú, vergüenza de la casa de tu Señor.'
19 Te destituiré de tu cargo, Y te derribaré de tu puesto.
20 Y sucederá en aquel día, Que llamaré a Mi siervo Eliaquim, hijo de Hilcías,
21 Lo vestiré con tu túnica, Con tu cinturón lo ceñiré, Tu autoridad pondré en su mano, Y llegará a ser un padre para los habitantes de Jerusalén Y para la casa de Judá.
22 Entonces pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; Cuando él abra, nadie cerrará, Cuando él cierre, nadie abrirá.
23 Lo clavaré como clavija en lugar seguro, Y será un trono de gloria para la casa de su padre.
24 "Y colgarán de él toda la gloria de la casa de su padre, descendencia y vástagos, todas las vasijas menores, desde los tazones hasta los cántaros."