2 Oh SEÑOR, ten piedad de nosotros; en Ti hemos esperado. Sé nuestra fortaleza cada mañana, También nuestra salvación en tiempo de angustia.
3 Al estruendo del tumulto los pueblos huyen; Al levantarte Tú, las naciones se dispersan.
4 Se recoge el botín como recoge la oruga, Se lanzan sobre él como se lanzan las langostas.
5 Exaltado es el SEÑOR, pues mora en lo alto; Ha llenado a Sion de derecho y de justicia.
6 El será la seguridad de tus tiempos, Abundancia de salvación, sabiduría y conocimiento; El temor del SEÑOR es tu tesoro.
7 Miren cómo sus valientes claman en las calles, Los mensajeros de paz lloran amargamente.
8 Las calzadas están desiertas, el viajero ya no pasa. Ha quebrantado el pacto, ha despreciado las ciudades, No tiene en estima al hombre.