11 Pero el pelícano y el erizo la poseerán, El búho y el cuervo habitarán en ella. Dios extenderá sobre ella el cordel de desolación Y la plomada del vacío.
12 Sus nobles (y allí no hay ninguno A quien puedan proclamar rey) Y todos sus príncipes serán nada.
13 Espinos crecerán en sus palacios, Ortigas y cardos en sus ciudades fortificadas. Será también guarida de chacales Y morada de crías de avestruz.
14 Las fieras del desierto se encontrarán con las hienas, El macho cabrío llamará a los de su especie. Sí, el monstruo nocturno se establecerá allí, Y encontrará para sí lugar de reposo.
15 Allí la serpiente anidará y pondrá sus huevos, Los incubará y juntará su cría bajo su sombra. También allí se juntarán los halcones, Cada uno con su compañera.
16 Busquen en el libro del SEÑOR, y lean: Ninguno de ellos faltará, Ninguno carecerá de su compañera. Porque Su boca lo ha mandado, Y Su Espíritu los ha reunido.
17 El les ha echado suertes, Y Su mano les ha repartido la tierra con el cordel. La poseerán para siempre; De generación en generación morarán en ella.