3 Será descubierta tu desnudez, También será expuesta tu vergüenza. Tomaré venganza y no perdonaré a hombre alguno.
4 Nuestro Redentor, el SEÑOR de los ejércitos es Su nombre, El Santo de Israel.
5 Siéntate en silencio y entra en las tinieblas, Hija de los Caldeos, Porque nunca más te llamarán Soberana de reinos.
6 Estaba enojado contra Mi pueblo, Profané Mi heredad Y en tu mano los entregué. No les mostraste compasión, Sobre el anciano hiciste muy pesado tu yugo,
7 Y dijiste: 'Seré soberana para siempre.' No consideraste esto en tu corazón, Ni te acordaste de su resultado.
8 Ahora pues, oye esto, voluptuosa, Tú que moras confiadamente, Que dices en tu corazón: 'Yo, y nadie más. No me quedaré viuda, Ni sabré de pérdida de hijos.'
9 Pero estas dos cosas vendrán de repente sobre ti en un mismo día: Pérdida de hijos y viudez. Vendrán sobre ti en toda su plenitud A pesar de tus muchas hechicerías, A pesar del gran poder de tus encantamientos.