5 Siéntate en silencio y entra en las tinieblas, Hija de los Caldeos, Porque nunca más te llamarán Soberana de reinos.
6 Estaba enojado contra Mi pueblo, Profané Mi heredad Y en tu mano los entregué. No les mostraste compasión, Sobre el anciano hiciste muy pesado tu yugo,
7 Y dijiste: 'Seré soberana para siempre.' No consideraste esto en tu corazón, Ni te acordaste de su resultado.
8 Ahora pues, oye esto, voluptuosa, Tú que moras confiadamente, Que dices en tu corazón: 'Yo, y nadie más. No me quedaré viuda, Ni sabré de pérdida de hijos.'
9 Pero estas dos cosas vendrán de repente sobre ti en un mismo día: Pérdida de hijos y viudez. Vendrán sobre ti en toda su plenitud A pesar de tus muchas hechicerías, A pesar del gran poder de tus encantamientos.
10 Te sentiste segura en tu maldad y dijiste: 'Nadie me ve.' Tu sabiduría y tu conocimiento te han engañado, Y dijiste en tu corazón: 'Yo, y nadie más.'
11 Pero un mal vendrá sobre ti Que no sabrás impedir; Caerá sobre ti un desastre Que no podrás remediar. Vendrá de repente sobre ti Una destrucción que no conoces.