4 "Toma el cinturón que has comprado, que llevas a la cintura, y levántate, vete al Eufrates y escóndelo allá en una hendidura de la peña."
5 Fui, pues, y lo escondí junto al Eufrates como el SEÑOR me había mandado.
6 Después de muchos días el SEÑOR me dijo: "Levántate, vete al Eufrates y toma de allí el cinturón que te mandé que escondieras allá."
7 Fui, pues, al Eufrates y cavé, tomé el cinturón del lugar donde lo había escondido, y resultó que el cinturón estaba podrido; no servía para nada.
8 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR:
9 "Así dice el SEÑOR: 'De la misma manera haré que se pudra la soberbia de Judá y la gran soberbia de Jerusalén.
10 'Este pueblo malvado, que rehúsa escuchar Mis palabras, que anda en la terquedad de su corazón y se ha ido tras otros dioses a servirles y a postrarse ante ellos, ha de ser como este cinturón que no sirve para nada.