2 "Y cuando te digan: '¿Adónde iremos?' les responderás: 'Así dice el SEÑOR: "Los destinados para la muerte, a la muerte; Los destinados para la espada, a la espada; Los destinados para el hambre, al hambre, Y los destinados para el cautiverio, al cautiverio."'
3 "Y enviaré sobre ellos cuatro clases de males," declara el SEÑOR: "la espada para matar, los perros para despedazar, y las aves del cielo y las bestias de la tierra para devorar y destruir.
4 "Y los haré motivo de espanto para todos los reinos de la tierra, a causa de Manasés, hijo de Ezequías, rey de Judá, por lo que hizo en Jerusalén.
5 "Porque, ¿quién se compadecerá de ti, oh Jerusalén? ¿Quién llorará por ti, O quién se apartará de su camino para preguntar por tu bienestar?
6 Tú Me has dejado," declara el SEÑOR, "Sigues retrocediendo. Extenderé, pues, Mi mano contra ti y te destruiré; Estoy cansado de compadecerme.
7 Los aventaré con el bieldo En las puertas del país; Los privaré de hijos, destruiré a Mi pueblo, Pues no se arrepintieron de sus caminos.
8 Haré que sus viudas sean más numerosas Que la arena de los mares. Traeré contra la madre de sus jóvenes, Al destructor en pleno mediodía; De repente traeré sobre ella Angustia y pavor.