21 'Así dice el SEÑOR: "Cuídense, por su vida, de no llevar carga en día de reposo, y de meterla por las Puertas de Jerusalén.
22 "Tampoco saquen carga de sus casas en día de reposo, ni hagan trabajo alguno, sino santifiquen el día de reposo, como mandé a sus padres.
23 "Sin embargo, ellos no escucharon ni inclinaron sus oídos, sino que fueron tercos para no oír ni recibir corrección.
24 "Pero sucederá que si me escuchan con atención," declara el SEÑOR, "no metiendo carga por las puertas de esta ciudad en día de reposo, y santifican el día de reposo, sin hacer en él trabajo alguno,
25 entonces entrarán por las puertas de esta ciudad reyes y príncipes que se sienten sobre el trono de David; vendrán montados en carros y caballos, ellos y sus príncipes, los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén; y esta ciudad será habitada para siempre.
26 "Vendrán de las ciudades de Judá y de los alrededores de Jerusalén, de la tierra de Benjamín, de la tierra baja, de la región montañosa y del Neguev (región del sur), trayendo holocaustos, sacrificios, ofrendas de grano e incienso, y trayendo sacrificios de acción de gracias a la casa del SEÑOR.
27 "Pero si no Me escuchan en cuanto a santificar el día de reposo, y traen carga y entran por las Puertas de Jerusalén en día de reposo, entonces prenderé fuego a sus puertas, que consumirá los palacios (las fortalezas) de Jerusalén, y no se apagará."'"