2 "Ve y clama a los oídos de Jerusalén, diciendo: 'Así dice el SEÑOR: "De ti recuerdo el cariño de tu juventud, Tu amor de novia, De cuando Me seguías en el desierto, Por tierra no sembrada.
3 Santo era Israel para el SEÑOR, Primicias de Su cosecha; Todos los que comían de ella se hacían culpables; El mal venía sobre ellos," declara el SEÑOR.'"
4 Oigan la palabra del SEÑOR, casa de Jacob, y todas las familias de la casa de Israel.
5 Así dice el SEÑOR: "¿Qué injusticia hallaron en Mí sus padres, Para que se alejaran de Mí Y anduvieran tras lo vano y se hicieran vanos?
6 Tampoco dijeron: '¿Dónde está el SEÑOR Que nos hizo subir de la tierra de Egipto, Que nos condujo por el desierto, Por una tierra de lugares desolados y barrancos, Por una tierra seca y tenebrosa (de sombra de muerte), Una tierra por la que nadie pasó Y donde ningún hombre habitó?'
7 Yo los traje a ustedes a una tierra fértil, Para que comieran de su fruto y de sus delicias. Pero vinieron y contaminaron Mi tierra, Y de Mi heredad hicieron abominación.
8 Los sacerdotes no dijeron: '¿Dónde está el SEÑOR?' Los que se ocupaban de la ley no Me conocieron, Los gobernantes (pastores) se rebelaron contra Mí, Y los profetas profetizaban por Baal, Y andaban tras cosas que no aprovechan.