8 Palabra que vino a Jeremías de parte del SEÑOR, después que el rey Sedequías había hecho un pacto con todo el pueblo que había en Jerusalén para proclamarles libertad:
9 que cada uno debía poner en libertad a su siervo y a su sierva Hebreos, para que nadie retuviera a un Judío, hermano suyo, en servidumbre.
10 Y obedecieron todos los oficiales y todo el pueblo que habían entrado en el pacto, de que cada uno dejara en libertad a su siervo y cada uno a su sierva, de modo que nadie los mantuviera más en servidumbre; obedecieron y los pusieron en libertad.
11 Pero después se arrepintieron y volvieron a tomar a los siervos y a las siervas a quienes habían dejado en libertad, y los sometieron a servidumbre como siervos y como siervas.
12 Entonces vino la palabra del SEÑOR a Jeremías, diciendo:
13 "Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: 'Yo hice un pacto con los padres de ustedes el día que los saqué de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre (de esclavos). Les dije:
14 "Después de siete años cada uno de ustedes pondrá en libertad al hermano Hebreo que le fue vendido y que le ha servido por seis años, y lo dejará ir libre; pero sus padres no Me escucharon, ni prestaron atención.