4 Así que Johanán, hijo de Carea, ni ninguno de los jefes de las tropas, ni nadie del pueblo, obedecieron la voz del SEÑOR, de quedarse en la tierra de Judá,
5 sino que Johanán, hijo de Carea, y todos los jefes de las tropas, tomaron a todo el remanente de Judá que había vuelto de todas las naciones a las cuales habían sido dispersados, para residir en la tierra de Judá:
6 a hombres, mujeres y niños, a las hijas del rey y a toda persona que Nabuzaradán, capitán de la guardia, había dejado con Gedalías, hijo de Ahicam y nieto de Safán, y también al profeta Jeremías y a Baruc, hijo de Nerías,
7 y entraron en la tierra de Egipto (pues no escucharon la voz del SEÑOR) y llegaron hasta Tafnes.
8 Entonces vino la palabra del SEÑOR a Jeremías en Tafnes:
9 "Toma en tus manos piedras grandes y escóndelas en la mezcla en la terraza de ladrillo que está a la entrada del palacio de Faraón en Tafnes, a vista de los Judíos,
10 y diles: 'Así dice el SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel: "Voy a enviar que traigan a Nabucodonosor, rey de Babilonia, siervo Mío, y pondré su trono sobre estas piedras que he escondido, y él extenderá su pabellón sobre ellas.