18 Que se apresuren y eleven una lamentación por nosotros, Para que derramen lágrimas nuestros ojos Y fluya agua de nuestros párpados.
19 Porque voz de lamentación se oye desde Sion: '¡Cómo hemos sido arrasados! En gran manera estamos avergonzados, Pues tenemos que abandonar la tierra, Porque han derribado nuestras moradas.'"
20 Oigan, pues, mujeres, la palabra del SEÑOR, Y reciba el oído de ustedes la palabra de Su boca; Enseñen la lamentación a sus hijas Y la endecha cada una a su vecina.
21 Porque la muerte ha subido por nuestras ventanas, Ha entrado en nuestros palacios, Exterminando a los niños de las calles, A los jóvenes de las plazas.
22 Así declara el SEÑOR: "Los cadáveres de los hombres caerán Como estiércol sobre la superficie del campo, Y como gavillas tras el segador Sin haber quien las recoja."
23 Así dice el SEÑOR: "No se gloríe el sabio de su sabiduría, Ni se gloríe el poderoso de su poder, Ni el rico se gloríe de su riqueza;
24 Pero si alguien se gloría, gloríese de esto: De que Me entiende y Me conoce, Pues Yo soy el SEÑOR que hago misericordia, Derecho y justicia en la tierra, Porque en estas cosas Me complazco," declara el SEÑOR.