8 Por la mañana hazme oír Tu misericordia, Porque en Ti confío; Enséñame el camino por el que debo andar, Pues a Ti elevo mi alma.
9 Líbrame de mis enemigos, oh SEÑOR; En Ti me refugio.
10 Enséñame a hacer Tu voluntad, Porque Tú eres mi Dios; Tu buen Espíritu me guíe a tierra firme.
11 Por amor a Tu nombre, SEÑOR, vivifícame; Por Tu justicia, saca mi alma de la angustia.
12 Y por Tu misericordia, acaba con mis enemigos, Y destruye a todos los que afligen mi alma; Pues yo soy Tu siervo.